Textos: 8, 5-8. 14-17; 1Pe 3, 15-18; Jn 14, 15-21
Las palabras del Evangelio de hoy nos pueden animar y a sentirnos acompañados en esta prolongada cuarentena. Comentaremos dos mensajes: la presencia del Espíritu en nuestras vidas y sobre cómo entendemos el amor desde la propuesta de Ignacio de Loyola.
Jesús resucitado vive, y su manifestación consiste en la presencia del Espíritu: “…yo le rogaré al Padre y él les enviará otro Consolador que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad… (que ya) habita entre ustedes y está entre ustedes. No les dejaré desamparados…” El Espíritu de Jesús tal como soplaba en aquella primera comunidad, sigue soplando hoy día. Los seguidores de Jesús, desde la fe, seguimos sintiendo su presencia.